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¿Cómo quitarle el trabajo a un "bot"​?

  • Foto del escritor: ITNG LATAM
    ITNG LATAM
  • 23 jul 2024
  • 2 Min. de lectura

En plena era de la automatización para “competir” con las máquinas, hay que aprender a diferenciarse. No porque sea necesario “competir”, en el sentido estricto de la semántica, por que de hecho no lo es; pero sí de la necesidad de encontrar el espacio donde somos y nos hacemos mejores, agregando valor real en nuestras actividades diarias. Al fin y al cabo, no importando la época, de esto siempre se ha tratado ¿cierto?


En el informe “El Futuro del Trabajo” (presentado en 2021), el @ForoEconómicoMundial reveló que ‘para 2025, cerca de 85 millones de puestos de trabajo podrían ser desplazados por un cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas, pero que 97 millones de nuevos roles podrán surgir’. Las posiciones de liderazgo en la creciente demanda son roles como analistas de datos y científicos, especialistas en inteligencia artificial, ingenieros en robótica, desarrolladores de software y especialistas en transformación digital, entre otros.


"No es la digitalización de lo humano, sino la humanización de lo digital". 

Las máquinas (léase bots, o cualquier tipo de automatización física o lógica) se seguirán centrando en las tareas de procesamiento y recuperación de información, repetición de procesos, reconocimiento de patrones, mientras que nosotros conservaremos nuestra ventaja “comparativa” en gestión, el asesoramiento, relacionamiento humano y la toma de decisiones, resolución de conflictos, y otros donde el factor humano prevalece. 


En vez de pasar el 80% del tiempo digitando datos, y solo el 20% analizándolos para luego tomar decisiones, ¿qué tal si utilizamos los “bots”, para invertir el proceso?


Las habilidades blandas y el toque humano.


La gente ama las automatizaciones, pero cuando se trata de problemas serios y complejos de alto impacto, consecuencias y decisiones importantes, siempre vuelve su mirada y confía en los humanos.


A la inteligencia artificial aún le queda un importante camino por recorrer para llegar a razonar y empatizar igual (o mejor) que nuestro cerebro y emociones. Si de verdad queremos diferenciarnos de una máquina: pensemos, razonemos y reflexionemos.


La creación e innovación serán sin duda la clave de nuestra rentabilidad; y el desarrollo de habilidades blandas como el pensamiento crítico y el análisis, la resolución de problemas y las destrezas de autogestión, seguirán siendo aún más necesarias pronto.


Conclusión


La tecnología pone en nuestras manos ‘un gran poder, y ello implica una gran responsabilidad’, como diría el “Tío Ben" (Parker). 


Así que las entidades de todo tipo pueden aprovechar las ventajas de procesamientos paralelos a gran escala que conllevan las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial; pero al mismo tiempo generar beneficios para todos incentivando y reconduciendo el toque humano donde agrega el mayor el valor posible: ¡siendo humanos!


La colaboración está servida: Humanos, máquinas y algoritmos conviviendo, es el siguiente paso. 


No es la digitalización de lo humano, sino la humanización de lo digital. 



 
 
 

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